jueves, 28 de febrero de 2008

MALDITA MUNCIPALIDAD DE ATE

Me levanté tempranito temprano hoy en la mañana y me encuentro con esta mierda en El Comercio:


Municipio no autoriza presentación de Collective Soul en el Monumental22:45 Esto
porque la empresa organizadora del evento no presentó el informe técnico de
Defensa Civil


(Andina).- La Municipalidad de Ate no dio autorización para la
presentación de la banda estadounidense "Collective Soul" en la explanada del
estadio Monumental por no presentar el informe técnico de Defensa Civil y otros
documentos necesarios para la realización de estos espectáculos.


La municipalidad declaró improcedente la solicitud presentada por Expectar
Inversiones SRL, empresa promotora del show, representado por Percy A. Hartley
SotomayorSegún la resolución edil, el expediente Nro. 5834-08 presentado por
dicha empresa, no adjuntan la copia de la autorización municipal de
funcionamiento del establecimiento, la constancia e informe de Inspección
Técnica de Defensa Civil y el programa artístico.

Tampoco se adjunta el pago por derecho de trámite (S/.17.50), el pago de autorización de venta de licor (90.30) y el contrato entre empresario y artista en el predio correspondiente.Señala que la empresa, tenía pleno conocimiento que de no entregar la documentación correspondiente, se le daría por denegada la autorización para la realización del concierto.



No, maldita sea, esa sería lo último, ¡Nooooooooooooo!

All your weight it falls on me

Hoy iré a ver a Collective Soul. Todas esas voces incrédulas que vaticinaban que la banda ni siquiera pisaría suelo peruano se equivocaron. Ayer mucha gente los fue a ver al Phantom de Parque Kennedy. Un amigo mío se acercó a ellos y casi se chapa a Ed Roland, supongo que con todo y lengua; es que él está estudiando francés.
La cola de los entuasiatas fue larga, según me han dateado, porque yo estuve trabajando, y Roland, por lo que me chismean, no sé si sobre una silla o en una mesa, para que toda la gentita lo pudiera ver, se paró y saludó a los colectiveros que, lápiz, y papel (o sostén o calzoncillo en mano), pedían un autógrafo. Mi amigo, supongo que habrá estado calato:
–Zenkiu for yur miusic, ai lov yu, papay. Añañañañaña.
Él, mi pata, sí me confesó, sin ningún tipo de pudor, que estrechó demasiado efusivamente las manos de los Colectivos. Yo quería ir. Buah!
Pero hoy es el concierto, aunque sea muchos kilómetros más allá de lo que iba a hacer originariamente, pero qué importa, quizás pasen 500 años antes que otro grupo legendario pise suelo peruano. Espero que The Cure también se anime. Ahí el qu4e se chape a Robert Smith seré yo.
Esa fue una Precious Declaration.

lunes, 25 de febrero de 2008

Ciudad en ruinas

En un taxi S., E. y yo, además del taxista de camisa hawaiana, claro, nos dirigíamos hacia el aeropuerto. Para ir, tuvimos que ir por Bertello y Tingo María, para no toparnos con la bombardeada avenida Venezuela, ni con la destrozada avenida Colonial. A la mitad de la ruta nos dijimos que la persona a la que buscábamos allá en el aeropuerto (que queda en la av. Faucett, muchas obras después de donde estábamos) era muy probable que no estuviera. Nos fuimos mejor al cine.

–Ah, van a ver Rambo –dijo entusiasmado el taxista.

Nos reímos, antes de renegar por el bache que nos aplastó las espaldas, la frenada para evitar la coaster que nos enviaría a la otra y la puteada gratuita a la mitad de la avenida. Los agujeros están por todos lados, las obras de Castañeda también. Tomemos nota: Plaza Grau, Paseo de los Héroes, av. Próceres de la Independencia en SJL, Habich, Venezuela, Colonial, Paseo Colón, solo menciono con las que siempre me topo.

–No, señor, no vamos a ver Rambo.
–Espero que lleguemos a ver No country for old men.
–¿Esa es con Rambo también?

Bache, taxista puteando, y acordándose de Castañeda.

No está nada mal que nuestra ciudad mejore, pero, que esas mejoras nos molesten... he ahí un contrasentido. Sin el menor atino cierran avenida, no planifican bien las rutas alternas, mueven congestionamientos de un lugar a otro. Nos matan lentamente, en mi caso, creo, de cirrosis.

Ahora se anuncia que se iniciará la recuperación de la José Granda, desde el tramo entre Begonias y Universitaria. Pobre gente, no creo que vaya al Coño Norte en un buen tiempo. Qué pena. Castañeda, deja de matarnos.

Gangs of Water Box


No soy de Lima, y quizás sea uno de esos provincianos nostálgicos que creen que todo tiempo pasado fue mejor y que las costumbres de su pequeño pueblo eran mucho más sanas que las que uno presencia en la ciudad capital, al menos en el populoso distrito (que quiere ser provincia) de San Juan de Lurigancho y en su escape obligatorio: El Rímac. Puede que sea una visión miope de las cosas. Más o menos así: "Recuerdo que cuando yo era niño los carnavales eran solamente tirarse agua salvajemente desde las ventanas o las azoteas o ir por ahí con las manos embarradas de betún, pintura, talco y manchar a las chicas que pasaban, y de yapa que te ganabas alguito. ¡Oh, qué bellas épocas!".

Febrero es uno de los meses más calurosos del año. Más aún en una ciudad hacinada y mal gastada como Lima. Salir los domingos para cualquiera que no comparta el carnaval es un suplicio, así que era mejor quedarse en casa trabajando. Y aquí en Caja de Agua, lo he visto pasar ya durante tres semanas seguidas los muchachos del barrio creen que jugar los carnavales es formar dos bandos (a lo Pandillas de Nueva York), quitarse los polos, y atacar al otro grupo contrario, tan desnudo, pintarrajeado, sucio y salvaje como el otro, en plena vía pública y frente a mi casa.

La pregunta es ¿por qué? Ahora trabajaba tranquilo, pensando que ya con que las veces pasadas haya pasado la policía espantando a la muchachada había bastado para al menor simular que se vive en un barrio calmado, y de pronto, el primer alarido, la corrida en tropel y la conchasumadreada generosa... ¡Canta, oh pélida, la cólera del piraña enardecido! Empezaron a atacarse, bajando desde la zona alta de la urbanización hasta la altura de mi casa, que es la salida de toda la cloaca, desnudos, embarrados, etc., etc., con los polos enrollados, hechos nudo en un extremo humedecido (supongo que con agua) o untado de pintura o talco (o cal, ya ni sé), con el que golpeaban, griegos a troyanos, kantianos a hegelianos, vargasllosianos contra garcimarquecinos... estos muchachos se toman las peleas doctrinarias muy en serio.

Un mendigo loco en la calle, inmovilizado por la pelea épica simulaba quizás ser un Homero degenerado. Y pasó la polícía, y huyeron, y volvieron y siguieron. hasta que los que se ubicaban en la parte más pegada a la avenida Próceres de la Independencia cojieron a uno que arrastraron unos metros mientra un station wagon casi los atropella a todos. Más tarde un mototaxi arrolló a uno de ellos. Lo más sorprendente es la actitud de los vecinos, que, quizás acostumbrados a este tipo de espectáculo, o quizás creyendo que es una manifestación cultural de la subcultura Caja de Agua, solo miraban, incluso desde sus ventanas, me incluyo. Solo una madre, que reconocío a su hijo en medio del jolgorio, empezó a carajearlos como se debe.

–¡Christian, no tomes fotos! ¡No te metas!

En el fondo, la preocupación de mi familia es (en esta parte del globo) tristemente racional: si no te metes con ellos, ellos no se meten contigo, es decir, podrás seguir llegando tarde a casa sin que te asalten, podrás dormir con la ventana abierta sin que te salten las lunas rotas al rostro, podrás traer a tu flaca sin que la espanten.

Esa es la sociedad que nos rodea, en la parte más populosa de Lima. Hace unos días vi un reportaje en la televisión donde se mencionó que la policía incluso había empezado a detener personas que jugaban salvajemetne el carnaval y que molestan a los transeúntes. La mayoría de las imágenes no eran precisamente de SJL, sino más bien del Rímac, ruta obligada de todos los que vivimos aquí y tenemos que salir a trabajar por ahí. No hablemos del pésimo estado de las pistas de ese distrito, solo del gran peligro que significa estar en un bus, en una combi, a pie o como sea al mediodía, en el cruce de las avenida Prolongación Tacna y Francisco Pizarro.

Regreso a mi nostalgia provinciana (con el respeto de un tal Cachuca, artista caldodegallinecero) cuadno recuerdo esa parte del reportaje donde se mencionaba la sana forma de cómo se celebra el carnaval en Lurín, entonces pienso que tan equivocado no estoy. ¿Por qué permitimos estas cosas? Sin mencionar que gastar así el agua me parece incorrecto, se demuestra con esto que nuestor nivel cultural ha dado una peligrosa curva descendiente que nos ubica muy cerca al primitivismo. Si hay una manera de salvar la ciudad, es salvándola de este tipo de espectáculos. ¿O solo esto pasa en Caja de Agua? No: el salvajismo se convirtió en sinónimo de carnaval, la matachola nos condena. Y mi nostalgia me engaña: los desmanes han sido parte del carnaval siempre.

Voz en off (lo tomo de la página de la Munipalidad Metropolitana de Lima): "En la década de 1920 bajo un discurso modernizador se renovaron las fiestas de los carnavales. Se había criticado constantemente a esta fiesta por sus 'celebraciones violentas que atentaban contra las buenas costumbres' incluso se mencionaba que el Carnaval de Lima se encontraba en una etapa de 'decadencia'. En 1923 la Municipalidad de Lima reorganizó el Carnaval, durante tres días se realizaron corsos multicolores, bailes y retretas. Se reprimió el juego con agua siendo reemplazado por las serpentinas y chisguetes, en fin, Lima se convertía en una fiesta general. El Municipio encargó la filmación de la película del antes y el después de la fiesta a una compañía norteamericana..."

En fin, mientras seguiré siendo un neoyorquino más de las Cinco Esquinas.


Cuando las hordas se van, la calma vuelve

Fuente de la foto en sepia: Biblioteca de la Munipalidad de Lima

sábado, 23 de febrero de 2008

Sin lugar para quién, oiga


Sentirse viejo no es sinónimo de ser débil, creo yo. No en todos los casos. Una persona débil, generalmente, siempre fue débil. Incapaz de hacerle frente a un gran reto o un gran problema que amenzace con ensombrecerlo. Simplemente deja que todo pase y que algo lo pueda sacar del eclipse. el que ya es viejo, de cuerpo (y si quieren también de espíritu, ese no es el tema ahora) es alguien que por el paso del tiempo se ha debilitado 'fatalmente', 'irredemediablemente', porque el tiempo es cruel y no te deja lugar en una selva donde solo los que aún el tiempo los ha condenado al retiro.


El sheriff de No country for old men, efectivamente, no fue un hombre débil. En lo absoluto. Fue un hombre que, como lo dice al principio de la historia, desde muy joven estuvo dedicado a esa labor y que, luego de tanto tiempo ya las fuerzas poco a poco lo van dejando, pero que él (hombre fuerte, claro) se niega a dejar. Por eso, la traducción del título de esta película está totalmente injustificado, pues traiciona el espíritu de la película.


Es la primera que veo de los hermanos Coen, aunque tengo descansando en mi piratateca otros dos títulos de ellos, y no puedo haber salido más satisfecho de la sala del cine de ver una buena puesta en escena. Grande Bardem como el psicópata asesino que va de condado en condado matando con su moneda (al mejor estilo de Godínez de El chavo del 8 dando su examen), decidiendo con un pedazo de metal quién vivía y quién no.


La película no está desprovista de un sutil mensaje: el dinero fácil mata. Los negocios turbios andan plagados de psicópatas para quienes las drogas o el dinero son lo de menos, una circunstancial excusa para matar sin piedad a la gente que se atraviesa en el camino. la reflexion final también pertenece al sheriff que siente el disgusto de retirarse sin haber podido con Anton Chigurh, (a) Willy Wonka (cfr. la columna del Búho, en El Trome del día de ayer), que salió caminando, como a lo largo de todo el recuento de quien me pareció narró la historia (Tommy Lee Jones)


Estos días previos a aparecerme en la sala del cine leí y escuché muy buenos comentarios del trabajo de los Coen y particularmente de esta película, que además tiene un nada mezquina cuota de humor negro. Pues, para ser la primera que veo de ellos, no puedo sino estar de acuerdo con todos esos comentarios positivos. Ahora, creo que veré con más entusiasmo Fargo este fin de semana.

miércoles, 20 de febrero de 2008

¿Adiós, comandante?


Los diarios limeños, la fresca mañana de ayer, informaron sobre la dimisión de Fidel Castro a la presidencia de Cuba. Esto parece que ha puesto más activos a los estadounidenses que a los mismos cubanos, puesto que el tema del bloqueo económico, que hace décadas pesa sobre la isla, se ha colocado en el tablero de juego de la campaña presidencial como una ficha más. Aunque la Casa Blanca anunció que no habrá cambios en esta política.

¿Qué representa esto para el futuro de Cuba? El solo hecho de la renuncia no significa para nada un paso hacia la democracia. Esta solo se podrá conseguir con el esfuerzo conjunto de la sociedad civil y demás organizaciones cubanas, dentro y fuera de la isla. No conozco otro caso de una dictadura que haya terminado por razones de salud. Al parecer, el viejo comandante ya no pudo más.

Esto, por ahora, solo es el símbolo de la caída de un régimen que duró medio siglo de opresión y violación de derechos humanos, y que deja como herencia una delicada pugna por el poder y una orfandad preocupante, de los que idolatraron al patriarca y de los que entregaron su vida en una férrea oposición a su duro régimen. La reforma cubana, su camino hacia la democracia “alejada de los modelos occidentales” –según Ernesto Velit–, es por ahora solo un proyecto que debe ser vigilado cuidadosamente. Tanto como se vigiló la salud de Fidel en los últimos 19 meses.

Por lo pronto, a Fidel Castro, probablemente lo quieran más ahora en España.

jueves, 14 de febrero de 2008

Un día que me asomé al cine a ver...

American Gangster

Frank Lucas representaba el progreso. El progreso de una raza que vivía aún marginada y estigmatizada por el origen de su emigración hacia ese vasto territorio hostil. Logró hacerse de un nombre y de un poder que hasta el momento era solo propiedad de otras mafias, ninguna de ellas lideradas por negros. Terminó con el statu quo de las mafias neoyorquinas, hasta casi hacerlas quebrar con la mejor heroína del mercado al precio más bajo. ¿Cómo lo consiguió? Aprovechando aviones militares estadounidenses provenientes de Vietnam para traer los cientos de kilos de heroína que él mismo compraba a los productores, eliminando al molestoso intermediario alterador y usurero de la mercadería. Con esto logró ser el traficante más poderoso que en Estados Unidos se conoció. Así ganó su fortuna, y el recelo de sus colegas, aunque trabajó con algunos de ellos.

Ese es el argumento de la película American Gangster (2007), así que es muy posible que no todo eso coincida plenamente con la versión real de los hechos. Ridley Scott (el mismo de El gladiador y de Blade Runner) nos muestra aquí una historia cruda narrada correctamente, como en este tipo de figuras suelen contarse las cosas: empezando por los orígenes como asistente de otro conocido hampón de Harlem, llamado Ellsworth “Bumpy” Jonson, y luego con el encumbramiento de su carrera criminal hasta la inevitable caída, gestada lenta y pacientemente por el detective de policía, Richi Roberts, detective conocido por el episodio de haber devuelto casi un millón de dólares que encontró en el auto abandonado de un contrabandista, hecho que lo hizo algo “impopular” entre sus compañeros.

Pese a esta señal de honradez, el detective Roberts es también un típico antihéroe, casi paranoico, parte integrante del bajo mundo en el que también se mueve Lucas, con el que hay cierto paralelismo. Mujeriego, infiel, padre de familia descuidado. Valores que, por cierto, no parecen caracterizar a Lucas, el que, por otro lado, parece ser muy devoto de su familia. Ambos son dos piezas de un mismo rompecabezas. Denzel Washington y Russell Crowe encarnan muy bien estos personajes, haciéndolos verosímiles en el juego del mafioso y el ‘justiciero’. Aunque en algunos momentos me parece que Washington se plancha algunos
“movimientos” de Michael Corleone. Buena película, en resumen.

Si quieren ver los cacharros de los originales, recomiendo que hagan clic aquije.

Cloverfield
Un poco decepcionado salí de ver esta película, de la que esperaba algo más que escenas semejantes al Proyecto de la Bruja de (Tony) Blair. El monstruo, claro es monstruoso. Y la forma como está contada la película es eficaz, verosímil (como un falso documental), pero la película se queda a medio camino de ser del todo creíble. O será quizás que ya no me creo ese tipo de películas. Lo bueno, los efectos y el soundtrack, jejeje, no, mentira.
The Bucket List

Es una película convencional sobre la amistad y el valor a la vida, que no se cansa de bombardearnos con ese lema de principio a fin, que nos obsequia a unos Nicholson y Freeman muy pegaditos a la plantilla que Hollywood les suele imponer a sus actores. No por eso deja de entretener esta película, que te arranca unas buenas carcajadas y que te deja con el saborcito de fábula, muy común en este tipo de películas.

Valentín con todo y plumas


Y no hay mejor aliado a mi mortal carrera hepática hacia la cremación que aceptar (casi impositivamente) una fecha del todo artificial, superflua y prescindible, motivo absurdo solamente para gastar y gastar (siempre y cuando te dejes “gastar”, claro): el querido Valentín.

–Be my Valentine! –Shut the fuck up you mother fucker!

Tranquilo, Christian, ya no reniegues tanto, que te puedes herniar. Es que son las fechas… carnavales, Valentín, playa contaminada… es demasiado. Pero el año pasado estuve bastante lejos de todo eso. En Córdoba, la segunda ciudad más importante de Argentina, las cosas fueron muy tranquilas para mí. Más que tranquilas, catastróficas. Déjenme exponerlo así: una ciudad plagada de chicas hermosas, inmigrante misio, sin muchos conocidos, solo en el día de San Valentín, con un amigo (peruano, misio, cohabitante del mismo cuarto) al lado. No me quejo de la compañía, pero... creo que no era la más idónea.

–¡Pero también es el día de la amistad!
–Por favor, alguien mate a ese que grita esas cosas y luego, cúlpeme.


Ciertamente, L6, así que vamos a tomar unos vinos a Nueva Córdoba. Dale, vamos. El ambiente por el dichoso Valentín no fue muy distinto a cualquier otro día: los vendedores ambulantes no atiborraron la ciudad, el centro ya está bastante nutrido de ellos, los vendedores de flores eran los mismos, y vendieron también lo mismo. El vino nos llama.


Ese tipo de soledad importaba muy poco si pensábamos que solo teníamos cuatro días de vivir en la ciudad de Córdoba, y que todo era muy nuevo como para rechazarlo. Feliz día de la amistad, chalaco.


Un año después, es la primera vez que me agarra esta fecha con alguien al costado (el 2006 estaba solo; antes de eso, prefiero no recordar), y aunque traté de convencerla de lo frívolo, vulgarmente consumista, imperialista, capitalista, convencional e innecesaria que es esta fecha, con una sonrisa y una mirada, me apuñaló con una flecha de Cupido. Perdonen la salivacíón... no es oligofrenia.


Dicen que el peligro de enamorarse es altamente económico. Pues yo creo que el mayor peligro de enamorarse es darse cuenta que todas las "convicciones" que uno puede tener se pueden ablandar terriblemente tan solo por ver a la persona que quieres sonreír. ¿Será así o es que me estoy quedando sin voluntad? Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino.


Maldito Valentín para quien quiera. ¿Alguien se acordara del mártir cristiano que dio origen a esta fecha? Al menos, préndanle una velita misionera, donde sea, en una iglesia, en un mac donald, en el lugar de cable y agua caliente, en el cine, en el restorán. Acuérdate, no seas ingrato.

martes, 12 de febrero de 2008

Eyaculación mental


No hay mejor cosa para el buen morir que empezar el día con el hígado hirviendo. Es interesante sentir cómo esa sanguínea víscera va alterándote pacientemente la humor (él pacientemente, claro, porque tú estás que revientas). No hay más estimulante que eso para un gordito y bien cuidado cáncer al hígado o una saludable cirrosis “almighty”. Solo espero que estos sean rápidos y sin dolor. Y como ya todos saben, estoy pidiendo demasiado.

Para empezar salir tarde de casa por cosas que no tienen que ver contigo. Esta vez el echarle la culpa a alguien de ahí adentro es lo más ajustado a la verdad que se puede pedir. Y eso acarreó muchas otras cosas que no pude controlar, como que por ejemplo no sea solo uno el embotellamiento al cual me tuve que enfrentar (el ya clásico de la avenida Pizarro y Prolongación Tacna, ahí donde en vez de haber asfalto hay un cráter parecido a la del Anak Krakatau) sino tres más, todos hijos de la cola de ese cráter que parece ser la hondonada feliz de Martín Romaña, donde se copulan graciosas las antes mencionadas avenidas. Así que, si salí tarde de casa, lo más lógico es que no saliera nunca de ese cruce. O que saliera tarde, que fue lo que pasó. A las nueve de la mañana estaba cruzando el puente Santa Rosa.

No me quedó más que tomarme un taxi que me desplumó los últimos siete soles de reserva que tenía en el bolsillo. Ya no podré ir a ver Michael Clayton al cine, caballero nomás: Polvos corazón (bis, again, andere Seite, altra volta, otra vez). A la mierda. La vida en Lima es así, pero esto recién lo comprendo ocho horas después de lo ocurrido, ocho horas después de titánica irritación hepática, de insufrible compañía oligofrénica de algunos de la chamba, que simplemente no deberían existir. Así es la vida, pienso, mientras me juego el pellejo escribiendo esta columna, justo delante del administrador, que me tiene como Reyna a Maradona. No importa. Todos los días siempre hay algo que hacer y eso no me permite escribir con fluidez, ni siquiera cuando apunto mi nombre en la lista de asistencia. Esto es una catarsis, señores, déjenme o me dará un tsunami cerebral.

jueves, 7 de febrero de 2008

Aviso de servicio impúdico

Para el que pueda ayudarme. Estoy buscando información sobre el grupo Fossil, aquellos de los que solo se conoce un disco, que salió, si no me equivoco, en 1995, que se llamaba Moon. Estoy buscando cualquier rastro que me lleve hacia la canción "Fall", la cual tengo, pero como no soy bueno oyendo el inglés, no entiendo ni camote, solo que en algún momento dice "fall" y en otro "again". No sé más. Soy un desastre con el inglés.

En uno de esos extravíos, me topé con un blog, al parecer, cholo como yo, donde se bloguea sobre la canción
Moon, de ese mismo grupo, otra muy buena canción. Ahí les cuelgo el vídeo.


miércoles, 6 de febrero de 2008

Carnaval y Valentines

Los domingos volverán a ser los insoportables días en los que habrá que estarse quietecitos en casa y no asomarse ni de broma: las jaurías carnavalescas andan sueltas. Así es Lima, al menos la popular, justamente, la parte más impopular de la ciudad. ¿Motivos para expresarme así? Sobran.

Tengo hasta ahora la imagen de una salvaje manada de seres humanos que con la siempre ociosa excusa de que "carnaval tiene la culpa" aprovechan la luz roja de los semáforos para tomar por asalto los carros y bombardearlos de globos y baldes llenos con agua de dudosa procedencia. Era un domingo, yo tuve que salir a trabajar. El calor del mediodía hizo que los asientos que quedaron expuestos al sol estuvieran muy calientes. Sonaba una canción del grupo Néctar en la radio del micro. La avenida Pizarro estaba congestionada. Desde el norte, una piara de zombies. Uno de los pasajeros ya sabía lo que iba a pasar. De pronto me sentó en medio de Resident Evil 4.

Lo peor pasó con una combi que iba hacia la Túpac Amaru. Los mismos vándalos intentaron abrir todas las puertas del vehículo para tirar el agua y "ganarse" alguito con los incautos... "Carnaval tiene la culpa". No, señores, carnaval no tiene la culpa. Como tampoco tiene la culpa de que nos hayan quemado el seso con la idea de que el 14 de febrero es el día del amor. Allá esos otros incautos que dejan que otros vándalos les metan la mano en el bolsillo. Ave, Consumo, los que van a gastar te saludan.

Pero si de amor quieres aprender, no te puedes perder el día sábado 16 de febrero en El Cinematógrafo de Barranco el clásico El imperio de los sentidos, de Nagisa Oshima. No sé si el cine erótico te enseñe algo del amor (si es que acaso este existe –¡Grande, tía Montero!–), pero la frasecita, ¿sí que vende, no?

Aquí la reseña en la página de El Cinematógrafo


9:30pm El Imperio de los Sentidos (Nagisa Oshima) (Japón, 1976)Una pareja de
amantes vive una historia de amor al límite. La pasión se ha adueñado de ellos.
El sexo ha pasado a ser lo más importante de sus vidas. Poco a poco sus juegos
eróticos van traspasando fronteras. Las ansias de la mujer por poseer a su
hombre parecen crecer cada vez más, hasta llegar al límite. EROTIKON: CINE
ERÓTICO JAPONÉS


lunes, 4 de febrero de 2008

Hace un año


Recuerdo una noche que a veces me parece que no existió. Una noche con lluvia sobre un puente sin nombre en una calle que no existe sobre un río con un nombre que hasta ahora recuerdo, sin saber hacia dónde iba ni de dónde venía. Recuerdo una noche de lluvia, sentado sobre las piedras de un puente que atraviesa una ciudad que no conozco, una ciudad de Argentina, una ciudad veraniega de lagos, sierra y gente amable. Recuerdo una noche ya vieja sentado sobre La Cañada, mirando cómo el agua iba hacia el río Suquía, pensando y pensando por qué no me interesaba que esa lluvia, que aumentaba –¡y vaya que aumentaba!– el caudal del río, me mojara hasta mi alma. No me importaba. Muy pocas cosas habían de importar.

Hoy es domingo, aunque casi es lunes. Entre tres y cuatro de febrero escribo esto. Hace un año cargué una maleta más grande que yo hacia la frontera con Chile. Precisamente una noche como esta, hace un año, no me dejaron entrar a ese país. Fue la primera vez que pensé que todo ese viaje no resultaría, entre maletas, productos de contrabando, mamachas negociantes y choferes con axilas grasosas, mirando hacia la ventana, parado en el bus, viendo bailar lejanamente las luces de Arica, que se alejaban, viendo aterrizar perezosas las luces de Zofra Tacna, y luego la avenida Basadre. Esa noche, L6 no me dejará mentir, una parálisis absurda me impidió disfrutar con mis amigos de la vida nocturna de “la capital nacional de los nightclubs”. Mirando un punto muerto pensé y pensé en cómo llegaría a la Argentina, cómo con todas mis fuerzas lucharía por quedarme ahí, y luego, aunque sea en un contenedor de carne congelada, llegar hasta Barcelona, Lisboa, Marsella o Hamburgo, pero llegar.

Esa misma parálisis me impedía moverme sobre el río. No me creía la roca que la lluvia no moja. Era el hombre perdido que no sabía por qué luego de tanto esfuerzo, tenía que volver a su país con un peso muy grande en el pecho, pensando que todo esa tristeza fue producto de una fuerza vital inexistente en su corazón, de una dejadez blindada que lo hundió lenta pero seguramente en el fracaso. Aquella noche no dormí, pues veía cómo iba llenándose el río Suquía, sobre el puente Antártida, jugando con las luces que las gotas de la lluvia creaban sobre mis ojos.

Ahora me es imposible pensar en esa noche como una amarga. La vida ha seguido dando sus giros y creo que ya aprendí a rodar como una piedra más. Esa noche sobre el río Suquía está lejana ya, pero presente en mí como presente están todas esas lecciones que la vida te va dando, mejor dicho, apuntalando. Regresé y para bien. Lo dije antes, lo digo ahora: Las cosas pasan por algo.