lunes, 25 de mayo de 2009

Reo Libre en El Hablador

La revista electrónica de literatura El Hablador ha publicado un cuento mío. El corazón de Estela, se llama. Dense una vueltecita por ahí

El link

http://www.elhablador.com/cuento16_2.html

chau

jueves, 14 de mayo de 2009

Ladytroneádome

Más redonda que Monique Pardo, avanzaba por la avenida Colonial con los audífonos amordazando sus orejitas de chancho, y unos patines que probablemente gritarían si hablaran. Y a decir verdad, yo también estaba con audífonos (no con patines) sentado en el nefasto paradero de la avenida, esperando la combi a ningún lugar, pero solo (solo como vine al mundo). No quería ver a nadie, solo quería fumar tranquilo sin enterarme del porcentaje de cadmio, radón, benceno, arsénico que un cigarrillo común contiene. Eso se consigue bajo la atmósfera alucinada de unos buenos headphones que te aíslen de la sonora Lima. Los choros, los ambulantes, los jaladores, las combis, los putos y demás quedan detrás. Adentro solo existe Ladytron.

Redondita sigue yendo en patines. Come un helado de tres bolas usando solo una mano y la lengua, esponjosa, porosa, húmeda y macroglósica. Tres lamida, una bola menos. Se siente libre de prejuicios, va al ritmo de la canción. A su paso, solo deja destrucción y caos. La gente corre. Le tiene más miedo que a las combis. Alguien del otro lado de la calle le lanza piedras. Redondita no se altera, empieza a cantar, y un resto de entre sus dientes va a clavarse directamente en la yugular del policía que controlaba el tránsito. Cae fulminado de inmediato. Los curiosos dicen que lo que salió despedido hacia el cuello del guardian del orden fue un resto de una de las vigas de una cebichería de Huanchaco (Trujillo). Los que estuvieron cerca a redondita y percibieron el fétido olor que sus fauces exhalaban cayeron muertos también de forma instantánea.

Redondita se acerca a Metro. Los chilenos se aprestan a defender a su clientela y a su inversión. Descargan en el cuerpo de Redonidta las balas de cinco Uzis. Pobre Redondita. Ya nadie la extrañará.

jueves, 7 de mayo de 2009

Incomodidad general por la explanada



No hay nada que hacer. Pese a las disculpas de Menacho, la gente está bastante enfadada, y con razón, por la elección de la Explanada como escenario de este fantástico concierto. No hay unanimidad sobre lo que hay que hacer: una lista de firmas para que cambien el local, un sabotaje a la venta de entradas, para obligar a los organizadores, o un sold out maldito (que parece será lo que pasará), en donde se darán cuenta de que ese escenario es malísimo (M-A-L-Í-S-I-M-O) para albergar a la principal banda de synth-pop de todos los tiempos.

Aún falta una semana para la venta, bueno, cuatro días, y cinco meses para el concierto. ¡Que se cambie de sede!

¡Ahí no!



Nota en ConciertosPerú.com.pe:

Depeche Mode, la leyenda del synth pop, se estará presentado en nuestra capital el martes 13 de octubre. El local para el concierto será la explanada del Estadio Monumental En cuanto a las entradas, saldrán a la venta el lunes 11 de mayo en los módulos de Tu Entrada.

Alberto Menacho, de Art-Es Eventos, será el encargado de organizar dicho espectáculo y esta vez nos contó que espera un mínimo de 25 mil personas que asistirán al concierto. Aunque seguramente muchos estén renegando de la elección de este local, los sectores serán distribuidos en tres zonas stand up (Faith & Devotion, Violator y Music for de Masses), estas serán bordeadas por dos tribunas laterales y una última tribuna ubicada en la parte trasera del local.

Esta oportunidad estuvimos conversando con Alberto sobre la escena roquera en nuestro país y el boom de conciertos que nos tiene a un ritmo que nadie esperaba. Además, nos cuenta de los problemas que está pasando nuestro país en la organización de concierto, como el tema de los locales. Así, entre estos y otros temas más, sigue la conversación con uno de los más grandes organizadores de conciertos en nuestro país.

En cuanto a las entradas, saldrán a la venta el 11 de mayo en Tu Entrada y los precios son los siguientes, sin incluir el 15% de descuento de Interbank:

  • Faith & Devotion: S/. 510.00
  • Violator: S/. 250.00
  • Music of the Masses: S/. 95.00
  • Tribuna Exiter A: S/. 390.00
  • Tribuna Exiter B: S/. 370.00
  • Tribuna Exiter C: S/. 330.00
  • Tribuna Exiter D: S/. 310.00
  • Tribuna Ultra A: S/. 390.00
  • Tribuna Ultra B: S/. 370.00
  • Tribuna Ultra C: S/. 330.00
  • Tribuna Ultra D: S/. 310.00
  • Tribuna Apdayc: S/. 50.00

Esta mañana, los medios informan que el concierto de Depeche Mode será en la explanada del Estadio Monumental. Esto me trae a la memoria dos cosas: El terrible aislamiento del estadio, en cuanto salí de un concierto un poco más allá de la medianoche, tuve que caminar muchísimo hasta encontrar al menos un taxi que quisiera llevarnos. Si mal no recuerdo, llegué casi hasta el cruce de La Molina y Javier Prado. Y dos, lo horrible que es escuchar a un grupo, en ese caso, Collective Soul, en un pampón donde, a lo mucho, entrarán 25 mil personas.

Para empezar, ¿Oasis no reunión a más de 40 mil personas? ¿Y qué me dicen de R.E.M. y Travis? ¿Alguien con conocimiento sobre la banda puede creer que Depeche Mode no superará lo hecho por Oasis? Pues piénsenlo bien. Menacho, por el amor de Dios, Depeche Mode no tocará como se debe en esa maldita explanada, no, no es lo que merece. Y tampoco nos merecemos verlos así, en un lugar que hasta parece improvisado para algo así.

¿Seguirá cerrado el Nacional hasta octubre? ¿No se podría habilitar el San Marcos para este magno evento? Hay que hacerle honor a lo que los chilenos ahora dicen de nosotros, "capital musical del Pacífico". Ellos también han perdido su Nacional, está cerrado, y se han quedado sin otro local así de grande. Qué pena que nuestro Nacional también lo esté. Pero hay otros escenarios que podrían suplir la ausencia de este precioso escenario, y San Marcos me parece una mejor opción al magro escenario de la explanada del Monumental.

Entrevista hecha a Menacho en la página ConciertosPerú.com.pe


miércoles, 6 de mayo de 2009

Los parisinos. Los inicios

Cristina baja del bus, y se queda mirando, entornando los ojos, achicando el campo visual, casi un punto fijo. Detrás de ella, su instituto de inglés al que volverá el lunes, temprano, delante, un centro comercial, discotecas, tiendas, bares, juegos mecánicos y, en medio de esa maraña de humos y ruidos, su amiga, buscando a un músico que no encuentra.

La última vez que la amiga vio al músico fue antes de que tirara la puerta de su departamento en París, horas antes de volver a Lima. no le había importado tanto su ausencia hasta que, de un momento a otro, empezó a enfermar del estómago. Pese a los fuertes cólicos no le importó seguir yendo a trabajar. El restaurant de Jean-Jacques -"Rousseau", le había puesto, ¿curioso, no?- iría bien sin ella, en verdad Christine, no deberías preocuparte tanto. Jean-Jacques, necesito estar aquí, en verdad. Pero habría que curarte esos cólicos, cheri, eso no está nada bien. Las noches de fin de semana (Cristina no recoradaba desde cuándo no había estado ahí una noche) eran siempre muy agitadas, muchas parejas aún quedeban en las mesas, y la casa se hizo cómplices de ellos con una música un poco más sugerente. Jean-Jacques bailaba solo cerca a la puerta de la cocina; el jefe de los mozos lo miraba y exhalaba con desilusión. Aquel lo ignoró y tomó del brazo a Cristina, que dejó a medio hacer un postre, glaseado arruinado y a hacer de nuevo todo. Pero con JJ era imposible enojarse, mucho menos cuando bailaba de esa forma tan sensual. Lástima que fuera gay, porque sino la noche no sería tan monótona después de todo. Había olvidado dónde escuchó por primera vez esa leyenda. El restaurant se quedó vacío. Solo quedaban Cristina y Jean-Jacques. él tarareaba a Ella Fitzgerald. Cristina mientras se le acercaba con dos copas de espumante, empezó a bailar con él. Confirmaría sus sospechas. JJ no era gay.

martes, 5 de mayo de 2009

Ella Noche


Comprobé que no quería siquiera meterme a una cama con ella para calentar los pies por el invierno. Comprobé que era una más en una larga lista de inexistentes encuentros que no fueron más que una tibia intención de calentar las sábanas. Así que la dejé ir, que caminara libre por una calle, que hablara del tema si le apetecía y que no guardara renconres innecesarios. El mío, aún lo necesito, porque el café todavía no se acaba.

-¡Mugre! -dice ella- ¡Mugre! ¡Mugre!

La miro extrañado, examinando sus palabras, tratando de adivinar algún residuo de odio, alguna de esas lanzas irónicas tiene más veneno del que pretendens, lo sé, hay algo en todo lo que dice que no me agrada en absoluto. Algo que huele, precisamente, a mugre, a moho, a algo que ya no recuerdo muy bien. Porque más allá de ese sublime recuerdo de sus pechos como un campanario, y yo tañendo melancólico, no puedo recordar más, pero ella sigue repitiendo "Mugre" con una sonrisa tan falsa como brochure de supermercado.

Sé que esta es la última vez que la veré, que nunca más me darán ganas de ver, llevarla a una cama, meterla a la fuerza en una habitación para que luche por su supervivencia, para ver como esquiva cada una de las estocadas, quiero verla así, aún agresiva y ágil, no como ahora, de traje sastre, yendo a clases en la universidad, avejentada, como profesora de primaria, oyendo un estúpido merengue por el mp4.

En casa y solo estaré mejor.

lunes, 4 de mayo de 2009

Si me sueltas entre tanto viento...

Segunda taza de café. Sospechas confirmadas. Necesito una intravenosa para dosificarme la cafeína, para que no se adueñe de mí, al menos no tan rápido. Punto de inflexión. Herido de muerte y aplaudiendo. Aislado. Adiós a las casas (de la familia). Pronto mi corazón dará un bote envuelto en su propia membrana, se sentirá prisionero y querrá salir por la boca. Lo comprendo, yo querría hacer los mismo.

El domingo fue su cumpleaños, pero ya no importa. Quien yo creía mi amigo me traiciona y no importa. Vuelo sin paracaídas, a la deriva, conversando con las nubes, suspensiones de agua condensada, dispuesta a reventar con furia. Y no importa. Ni la estrella polar importa. Ni la malta polar. Ni una casaca polar, aunque haga frío.

Un año exacto de vivir solo pero tampoco importa. Ni yo me acordé sino hasta cuando ya era el día dos. Tres años de blog, pero eso a quién le importa. A nadie. Ni a mí. Me estoy muriendo, y me estoy matando. Porque de eso se trata la vida: cómo te vas preparando para la muerte. ¿La vida perfecta? Mar, tinta y página. El pan cae de los árboles. O cae de las carteras muertas, pero cae, como el sol, el nuevo, como la canasta familiar, como las arcadas, pero estas en vez suben, no bajan, suben de lo más bajo, desesperadas quieren llevarse en su estampida al corazón que se ahoga, asqueado, también asqueado.

Ya no escribo. Y eso no está bien. La pregunta era correcta, pero el que preguntó no. En fin, qué pasó con toda esa historia del primer lustro del milenio. No lo sé. Dónde estoy, no lo sé. Por qué duele, no lo sé. Por qué ni la salvación importa, no lo sé. Ya no sé. Sólo me preparo para morir joven (nunca nadie entiende qué quiere decir esta expresión).

adiós, adiós... No hay imagen qué mostrar

Super Piano Bros.

En el cumple de Rafa, el regalo me lo llevé yo. Y lo comparto ahora con quien quiera ver. Como dijo Cabrera, "voy a llorar".

Unas palabras al amigo que perdí

Yo sólo sé que era un niño,
cuántos nos atrevimos a soñar
en ese instante,
en medio de la niebla,
riendo, la guía de una pista de aterrizaje,
y seguíamos felices porque bajábamos a la tierra
para seguir el camino juntos.
Le dijimos que así fue, no le mentimos,
que el color de sus mejillas también nos sonrojaba,
y en verdad éramos felices, lo sé
a pesar de la lluvia y la fantasmal noche que cruzamos
casi siempre descalzos
casi siempre recordando su sonrisa y preguntando:
“¿Era verdad eso de que el pan viene acompañado de un hombro donde llorar?”
Yo creí que sí, y ahora me siento como un tonto.
De esto, nadie más tiene la culpa; el espejo se ríe:
sabía que eso pasaba cada vez que se prolonga una sonrisa por más tiempo del
que se debe,
debimos hacerle caso, estas lágrimas se las dedico,
porque el niño, de niño, todo en un juego de dados
esos mismos dados que en las manos de todos van rodando
como si jugáramos a ser pequeños dioses sobre el destino de otros,
que se creen queridos
–¿lo entenderá ahora, que la ira me hace contener el llanto?–,
y ahí estuvo el error: bajamos la mirada sin saber qué decirnos;
yo no supe qué decir, otras bocas fueron las que hablaron;
yo sólo escuché, sentado en una esquina, despintando el acuarela
que a mi hermana, imagino, le gustaba colgar en la entrada
de su casa;
y, quizás, ya ni pintemos más.
Todas estas fotos han perdido su color,
todos los sueños se proyectan sobre un blanco sin esperanzas,
así me lo hicieron saber
todas esas voces,
y los oídos, que son muchos, la verdad,
y todos oyen, y reptan, y repiten, y mastican;
curioso: nunca había visto orejas con dientes;
solo labios marchitos y gargantas resecas.
Solo un “tú” indefinido, a quien quisiera contarle
una por una mis desgracias
para que me repita lo que otras lenguas ya dijeron,
las esperanzas estaban rotas antes de que las quebraras en tus ojos,
pero igual duele,
por ser ingenuo, quizás más niño que el mismo que ha escrito sobre mi pecho hundido
palabras que no entiendo
y que no quiero recordar.