viernes, 8 de marzo de 2019

1879: 140 años después



El Perú no ha cambiado. Es decir, sí ha cambiado, pero para mal. Porque si en estos momentos atravesáramos una circunstancia similar a la que tuvimos que vivir hace 140 años veríamos que estarían aún vigentes las inútiles peroratas del Congreso o veríamos con fascinación la lentitud elefantiásica con la que se movería el aparato estatal mientras la guerra avanza y va dejando muertos, mutilados y desterrados por todo lugar.

Sentí impotencia cuando terminé de leer 1879. Alguna impotencia similar a la que siento ahora cuando prendo la televisión. Siento pena, rabia. Al almirante Miguel Grau lo dejaron solo. Combatió no solo contra Chile sino también contra la indiferencia, la torpeza y de plano la corrupción. Y eso nos toca aún combatir, pero por desgracia ya no está Miguel Grau y el Huáscar se exhibe como trofeo en Talcahuano. 

Guillermo Thorndike ha sido quizá nuestro más reconocido escritor de novelas de no ficción que haya producido el siglo XX. Quizá en algunas oportunidades sus filiaciones políticas lo hayan escribir libelos impresentables, creo que en esta ocasión nos deja un libro que no se ve muy afectado por esta filiación, salvo por el detalle (para algunos no menor) de pasar por agua tibia el papel del general Prado en todas las desgracias que nos tocó vivir. Pero ese virus es de muchos ayer y hoy. A las figuras históricas muchas veces se les tiene que pasar por agua tibia para no descubrir que la olla de grillos que somos como país es más horripilante de lo que parece. 

Pese a todo, puedo confiar de que el primer año de este terrible conflicto bélico ha sido tratado con diligencia y meridiana precisión. Thorndike ha recreado incluso circunstancias tan cotidianas como los momentos en los que los oficiales del Huáscar departían en el monitor o los momentos familiares que Grau vivió en su último año de vida. Detrás de esto hay un gran trabajo de investigación que debe destacarse porque ese rigor es un ejemplo para quien en un futuro quiera seguir los pasos de la escritura de no ficción. 

Creo que este libro, y de hecho la tetralogía entera sobre la guerra del salitre que escribiera Thorndike, debería reeditarse, no tanto por su valor estético, que no es tan elevado, sino como «refresco» para quienes piensen, si es que alguna vez se detuvieron a reflexionar sobre el tema, que la guerra con Chile es un hecho pasado y olvidado, una serie inconexa de hechos que acabo y ya está. No. El conflicto en su conjunto delató la esencia más negra y purulenta de nuestra sociedad. Y eso es lo que no se debe olvidar.

Mención aparte, como casi siempre, merece la pobre edición del libro, el cual adolece de muchas erratas que una diligente revisión hubiese resuelto. Este solo detalle afea una edición tan bien ilustrada con las fotos de Courret. Es una pena que la mala revisión opaque el brillo del texto.

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