jueves, 17 de enero de 2008

...

¿Dónde hay más soberbia? ¿En creer que lo que uno piensa u opina sobre algo tiene que (forozosamente) coincidir con lo que alguien muy conocido y respetado pueda también opinar, pues es un pensamiento sumamente acertado, ceñido a la verdad, por demás, correcto, casi la verdad única?, ¿o creer que por el impulso de la juventud, que nos lleva a límites que otros ya adultos no pueden llegar, nos hace sostener una luz que muchos no sienten ni su calor ni su brillo, y por eso mismo, nos convierte en unos aventajados de nuestra generación, que nos permite no solo ver el árbol sino también el bosque?
Ciertamente no lo sé, porque muchas veces de ambas maneras me he sentido completamente desorientado y falto de toda ropaje de verdad. Solo me he sentido navegando en los propios miedos que me han hecho dar muchas vueltas en círculos en temas viciosos y sin alguna respuesta que al menos, para pasar el rato, pudiera vestirse al menos de un jirón de verdad.
Sentirse así no es poco común, sobre todo cuando a veces uno encuentra poco eco de cualquier voz que al menos quiera ser escuchada.

No hay comentarios.: