viernes, 5 de diciembre de 2008

Resumen de los daños

Postrado, hinchado, luego de trepar a mi propia casa. Recuerdo las últimas palabras del dueño de la casa donde alquilo un bulín para ocultar mis malos hábitos: "Voy a poner llave a la reja". Le recordé que no tenía llave, le recordé que me debía la fotocopia que me estaban pidiendo en el trabajo. Colgué y seguí arrumado, hecho un montón de papeles inservibles sobre una calma, en donde las pulgas hacían su propia versión de la Ilíada.

Cuando me reincorporé mi vida seguía donde la había dejado. "Mierda", dije, "¿por qué no puedo cambiar de canal?". En fin... repasé: César Aira, Cómo me hice monja, Roberto Bolaño, Entre paréntesis: Bolaño hablando bien de aquella prosa, de su nouvelle, ya mencionada, la que leí con fascinación hasta que llegué al final. Mal final, la verdad. En todo caso, un final desconcertante, que no tiene mucho que ver con el cómo fue sosteniéndose la narráción hasta antes de que llegara a la página 70. (Mi ejemplar, de Estruendomudo, tiene 79 páginas.)

Claro, estamos hablando de una muerta (o muerto) que narra cómo se encontró cara a cara con su asesina, luego de pasar una serie de peripecias propias de la edad que el(la) protagonista tiene: seis años, y muchos más dentro de su imaginación. Lo fascinante, al menos lo que yo encuentro de fascinante de esta obra de Aira es su poder de poder encerrarte dentro de la atmósfera que pretende crearte, ahí, te atrapa y te jodiste, no hay salida posible sino la muerte. sí, como la(el) protagonista de la novela. Quizás por eso me cae tan mal el final. Porque yo aún no quisiera morir, al menos no como lo propone Aira, quien aquí ensaya una suerte de autobiografía del que en la feria del libro Ricardo Palma denominó "el año más importante de su vida".

Sobre aquella feria, por cierto, tremenda vergüenza ajena que pasé luego de que lo presentara Álvaro Lasso. Un buen grupo de señores, mayores ellos, habían ocupado los primeros asientos del anfiteatro Chabuca Granda, del parque Kennedy, donde fue la presentación de la edición peruana de Cómo... No conocían en absoluto quién era Aira, mucho menos habían leído página alguna de la novelita que se presentaba. Y tuvieron la frescura de preguntarle "¿por qué reedita un libro que escribió hace casi veinte años?", "¿usted tiene pulsiones homosexuales?".

Yo tampoco sabía de su obra, soo me constaban las palabras que Bolaño había escrito sobre Aira en Entre paréntesis. Las que son buenas, dicho sea de paso... en fin, para la anécdota.

Pueden hacer clic aquí para leer on-line la novela.

Aquí la entrevista que salió publicada en Porta9



Segunda parte...

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