martes, 26 de abril de 2011

Justificación

Chubaquita me escribió hace unos meses desde el VRAE. Por una cuestión de seguridad (personal) no revelé esta información hasta que me fue imposible evitar los comentarios de los vecinos, que vieron llegar un emisario semidesnudo y con dos dedos de la mano derecha arrancados de raíz y una cruz esvástica todavía supurando sobre su frente manchada de sangre coagulada.


–De Su Santidad Chubaquita, el Supremo –dijo antes de caer muerto al suelo.


La carta todavía mojada por el las lágrimas y la sangre del emisario y de quien firmaba era un enigmático mensaje:




Hilf mich... Toy caga'o


¿Qué quería decir Chubaquita con eso? ¿Se había hecho en el pantalón? Y si era cierto que ya no tenía control de sus esfínteres, ¿desde cuándo Chubaquita usaba pantalón? O es que era algo mucho más serio. ¿Tenía acaso problemas con la gente del VRAE? ¿Posiblemente había sido rodeado por las fuerzas de la DEA? Preocupado llamé a un amigo periodista que había viajado hace poco hacia la zona de conflicto. Lo que me contó me dejó aterrado: Chubaquita había sido descubierto como agente cuádruple: trabajaba para la DEA, que le pagaba en dólares; para el EP, que le pagaba en casquillos de bala de 45 mm; para la OLP, que no sé qué rayos hacía allí, pero que le pagaba en barriles de petróleo y para la guerilla colombiana que le pagaba con café de Chanchamayo. Pobre Chubaquita. No quise ni imaginar lo que harían con él las huestes de "José". Tuve que avisar a la prensa, en donde él tenía amigos poderosos. Por suerte, volvió ileso, y se hospeda ahora en casa de Maharajá. Gracias por tu hospitalidad, Eric. Espero que el Maestro se porte a la altura de las circunstancias.

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