martes, 12 de abril de 2011

Me enviaron la moto


Cuando los sicarios «envían la moto» a alguien significa que lo van a hacer fiambre de un par de plomazos. Puede considerarse a esto como una metáfora. Sin embargo, lo que me acaba de pasar a mí adquiere un sentido literal.


Es más que evidente que a mí no me han enviado ninguna moto, dado que estoy vivo escribiendo esta nota. Lo que ha pasado es, ya lo dije, literal: una moto me ha golpeado a traición por la espalda, mientras caminaba por la calle peatonal Contumazá, a una cuadra de mi detestada y amada plaza San Martín.


Sí, sí, estoy bien, gracias por preguntar.


Salía a comprar unas pilas para mi mouse y terminaba de hacer una llamada de coordinación cuando una moto impacta conmigo por atrás. Yo caí de espaldas y el tipo de la moto un poco más allá. La moto llevó la peor parte. Se le rompió un espejito.


En fin, aún sigo un poco asustado. Me fui luego a comprar un pucho para bajar los Walt Disney, o sea, los muñecos. Pero no ha tenido mucho efecto, aún siento la adrenalina fluir.


Me ha empezado a doler el brazo. Y yo que quería pasar un día tranquilo.

No hay comentarios.: