viernes, 1 de febrero de 2019

Volver con la frente marchita

¿Cuánta palazón puede aguantar un ser humano? No se sabe. Está estudiado, pero no se sabe. Algunos hablan de treinta palazos diarios por trece años. Otros deciden parar con la palazón en un momento oportuno. Al darse cuenta de que aún hay algo que matar. Ese momento en que descubren que el #DeadInside es solo un hashtag gracioso, pero nada más.

¿Y qué hace el talento soportando mierda? Sencillo, joven. Siéntese, yo le explico. Soporta la jornada laboral. Soporta por una familia. Soporta para sentirse parte útil y necesaria de un sistema. Pero nada más que eso. El talento puede someterse y no tener expectativas.

No... tener... expectativas.

Estoy cansado de que alguien abiertamente mediocre me diga lo que tengo que hacer. En mis veintes tenía esta vía de escape para mantener la idea del suicidio lejos de los cuchillos de la cocina o de la cornisa de algún edificio. Hoy solo me queda por decir que Reo Libre vuelve. Vuelve con más de treinta, casi cuarenta, pero qué puñetas importa.

Todas las veces que no escribí la pasé peor. Y ya no estoy para pasarla peor.

Vamos a ver cómo me va.

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