lunes, 8 de octubre de 2007

Bueno... octubre otra vez


Me desperezo. Abro los ojos y sé que ya es lunes, pero como es feriado, tendría que quedarme un rato más en cama, pero no. Hay que desayunar. Así que me rasco, y descubro un bulto extraño que sale de mi cuello. Luego respiro aliviado: era mi cabeza. En el baño saco la lengua y me doy cuenta de que es roja y húmeda, muy peligrosa también, así que prefiero no verla más. Me evito así un disgusto inútil. Me baño, sí, me baño, y lo disfruto. Sigo el día con la parquedad que me ha caracterizado todo este invierno. Por un lado, no madrugar para ir al Goethe es algo bueno, pero es un día más sin salir de casa.

Llegó octubre, maldición, eso ya se sabe desde hace ocho días. Es el segundo mes más detestado luego de febrero. Y eso ya lo he explicado antes: la procesión. Si en verdad la procesión debería ir por dentro, entonces, que eso hagan todos los miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros y demás feligreses. Sí, sí, ya sé: la tradición. Pero ¿sería mucho pedir que las procesiones sean solamente los domingos? Creo que no sería mucho pedir. Pero claro, como solo eso afecta a los distritos marginales como San Juan de Lurigancho y el Rímac, y de ellos, solo a los que tenemos que salir muy temprano a trabajar (o a estudiar) a nadie le importa de verdad... Las fechas deben respetarse.

No tengo nada en contra de este rito. Nada verdaderamente en contra, pero, ya pues, hay personas que trabajamos o tenemos que salir temprano y tener que toparse con la avenida Tacna cerrada y con todo el centro convulsionado desde muy temprano es algo fatal para el humor del resto del día. Pero es el clamor del pueblo, y la voz del pueblo es la voz de Dios. Pienso entonces en lo muy mal que me cae la voz humana, y en que la voz de Dios, al menos eso creo, me parece que es algo mucho más dulce, algo que solo los músicos pueden leer de los propios labios del Altísimo.

Ahora saldré a comer con mi mamá. Solo me dedicaré a disfrutar el feriado. Quizás me vuelva a preguntar por qué no fui a misa. Por cierto, ella no va a procesiones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

HOLA PRIMO, hace tiempo que no visito tu blog, y la verdad es que, me gusta visitarlo. Por otro lado, a mi tampoco me gustan las procesiones, eso parace que beneficia más a la iglesia catolíca y algún otro político que se cuelga de ese rito para figurar. Un abrazo desde Tacna.