jueves, 28 de febrero de 2008

All your weight it falls on me

Hoy iré a ver a Collective Soul. Todas esas voces incrédulas que vaticinaban que la banda ni siquiera pisaría suelo peruano se equivocaron. Ayer mucha gente los fue a ver al Phantom de Parque Kennedy. Un amigo mío se acercó a ellos y casi se chapa a Ed Roland, supongo que con todo y lengua; es que él está estudiando francés.
La cola de los entuasiatas fue larga, según me han dateado, porque yo estuve trabajando, y Roland, por lo que me chismean, no sé si sobre una silla o en una mesa, para que toda la gentita lo pudiera ver, se paró y saludó a los colectiveros que, lápiz, y papel (o sostén o calzoncillo en mano), pedían un autógrafo. Mi amigo, supongo que habrá estado calato:
–Zenkiu for yur miusic, ai lov yu, papay. Añañañañaña.
Él, mi pata, sí me confesó, sin ningún tipo de pudor, que estrechó demasiado efusivamente las manos de los Colectivos. Yo quería ir. Buah!
Pero hoy es el concierto, aunque sea muchos kilómetros más allá de lo que iba a hacer originariamente, pero qué importa, quizás pasen 500 años antes que otro grupo legendario pise suelo peruano. Espero que The Cure también se anime. Ahí el qu4e se chape a Robert Smith seré yo.
Esa fue una Precious Declaration.

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