sábado, 8 de enero de 2011

Los chicos han vuelto

The boys are back (Australia, Reino Unido, 2009) es la película de Scott Hicks que ha llegado por estos días a nuestras salas. La cinta, que se desarrolla en Australia, nos narra la vida de Joe Warr (Clive Owen), un exitoso periodista deportivo, luego de la pérdida de su esposa, la que fue víctima de un cáncer generalizado, y su lucha por sobrevivir con su pequeño hijo Artie (Nicholas McAnulty) sin la presencia de la esposa, quien sostenía e equilibrio del hogar. A la vida de ambos llega Harry (George MacKay), el hijo que Joe abandonó en Londres cuando este tenía solo seis años.
La película nos expone los problemas que tiene el personaje de Owen por establecer relaciones estables, y las dificultades que tiene para mantener responsablemente la disciplina en un hogar, el que lentamente se va hundiendo en la anarquía. Joe, trata de resolver el problema con la imagen de su esposa, la que lo acompaña en algunos momentos y con quien conversa y la que lo ayuda en momentos difíciles.
Pero este recurso no le durará para siempre y tiene que empezar a tomar las riendas de su vida, asumiendo por completo su rol de padre, el cual no solo se limita al cuidado del pequeño Artie, de ocho años, sino también al hecho de solucionar el resentimiento de su hijo adolescente, Harry, el que le reclama por la soledad que su padre le impuso a tan tierna edad.
La estructura clásica de película de final feliz hace de esta una película previsible y por momentos carente de interés. Hay un asomo de contraposición entre el gran padre que Joe juega a interpertar en Australia con el horrible padre que fue con Harry, al abandonarlo en Inglaterra, pero este conflicto no se desarrolla con precisión, como tampoco tienen mucha precisión las secuencias entre Joe y Katy, su esposa muerta.
A pesar de eso, es una película que se deja ver, por ratitos, como la secuencia inicial (envidié al niño por eso, aunque debo confesar que yo a su edad hubiese estado aterrado en su lugar), y muy propicia para los que no pueden dejar de buscarle la moraleja edificante a todo lo que ven.



Sin embargo, para quienes coleccionan bandas sonoras, esta tiene una nada despreciable con canciones de Sigur Ros, un buen grupo islandés. Esta es una del soundtrack.

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