miércoles, 5 de enero de 2011

Madrugada imperfecta


Terminé un trabajo y solo me falta el más gordo de todos: la redacción de un libro. Por ahora, estoy molido a palos y me voy a la cama, no sin antes dejarlos con el penúltimo bloque del último capítulo de la serie Los años maravillosos: el regreso de Kevin y de la siempre encantadora Winnie Cooper luego de haber estado chapando los dos en un establo.

Aquí debo hacer mención aparte a mi querida J., que se empeñaba en sostener que Kevin y Winnie no hicieron «cochinadas» en el establo. Bueno, con un caballo presente, ¿quién hubiese podido? Yo, terco, sostenía que Kevin y Winnie sí lo habían hecho. Una vez más, eso fue producto de mi ignorancia y prejuicios, ya que, en verdad, yo no había visto el último capítulo completo. Así que, ahora que ya lo vi, tengo que darle la razón a J., ya que no pasa nada, se abrazan, se besan, se secan, se resfrían y cambio de escena.

Por mí, me hubiese quedado toda la madrugada viendo esta serie, que es lo máximo, por donde se la mire.

Gran serie, gran recuerdo. Lamentablemente, el último bloque del capítulo, en todas las versiones, está con el audio bloqueado porque «contiene una pista no autorizada por la WMG». Capitalist pigs!


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