jueves, 27 de marzo de 2008

10,000 A.C.






He visto tres películas de Emmerich en mi vida. En la primera un puñado de hombre luchan por la supervivencia, en la segunda… también un puñado de hombres luchan por sobrevivir, esto ya me parece un dejá vù, y no estoy hablando de la película, bueno en esta tercera… caramba, parece una idea interesante… oh… otro grupo de hombres lucha por la supervivencia. Entonces, en qué quedamos… ¿es la misma película ambientada en tres escenarios distintos? Bueno, las últimas dos se desarrollan en glaciaciones. En la primera, el enemigo eran unos extraterrestres bien malos, unas basuras, primos hermanos de los alienígenas de del Área 51, esos de Roswell, vecinitos de Nuevo México.


Pero, ¿qué pasa?, ¿quién es el enemigo en la segunda? El enemigo en la segunda es el frío. Pero antes de eso, el maldito del vicepresidente, y antes de eso cientos de años de contaminación. El enemigo se convierte en el enemigo mortal de todos, el exterminador por excelencia e implacable, que no deja títere con cabeza, o al menos lo deja bien heladito, de por vida. El Charles Bronson de la Tierra que llega para otros miles de años de venganza. Sin olvidar, claro a unos cuantos lobitos hambrientos que querían chifarse a vaquerito congelado, que se ha quedado viudo, ¿o viuda?

En la tercera el enemigo son hombres “que no parecen de este mundo”, que “vinieron de las estrellas”, con “demonios de cuatro patas”, y que construyen monumentos gigantes, en un momento histórico un poquito adelantado… digamos, unos seis mil años, más o menos, que tienen como jefe a un dizque todopoderoso que murió más rápido que cualquier otro recontra malo de cualquier otra película.



De las actuaciones, digamos que son malas, y con razón y con ganas, ya que el guión no daba para más.

Bueno, y… digamos que los efectos especiales han ido de mal en peor, desde la primera (Día de la independencia) a la segunda (El día después de mañana) a esta, la tercera: 10,000 A.C., que parece una versión medio picona de la mejor de lejos Apocalyto, de hecho, el inicio de ambas películas son muy parecidos, con la ventaja de verosimilitud de la primera porque está en náhuatl, o en una lengua maya, aunque a algunos no les haya gustado este detalle.

Aunque hay escenas muy buenas, visualmente hablando, como la de la caza de los mamuts, o la de la vista panorámica de las falsas pirámides. Es cierto que la ficción es distinta a la realidad, pero el título sugería al menos que habría un mínimo de esfuerzo para ambientar la película a la época a la que se alude, pero las actuaciones malas y lo predecible del libreto hicieron que la película sea solo por momentos un entretenimiento mediano, sin ánimos de trascender, como todo lo que he visto de Emmerich.

Para películas así, me quedo con La era del hielo, Manny era más verosímil, y también hablaba inglés.


Otras críticas:

Univisión On-Line

Cineralia

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