martes, 25 de marzo de 2008

Martes por la madrugada


El dinero me ha llegado a cuentagotas y ya no hay ni para los puchos. Ayer encendí el último que veré en días, quizás en semanas. La difícil tarea de sobrevivir del ingenio y del aire ha comenzado, pero no me detengo: tengo mis manos que al menos me sirven para escribir... puta madre, mis manos no sirven de nada.

Pero qué le vamos a hacer, así es la vida, varón. Imaginaré que enciendo otro puchito aquí echado en la cama vacía en medio de un cuarto caótico, pensando en ella, que alimenta a un animal de cuatro patas. Ha llovido durante un corto tiempo y no hay nada que ver en el cielo. No tengo sueño, pero no quiero subir a la azotea a ver pasear las nubes porque estoy muy triste. Me pone triste no dormir. Quizás deba leer o deba escribir una novela, algo que me pueda justificar en el planeta de los simios.

Quisiera ser el terrorista de la palabra que siempre he querido ser, escribir algo con huevos, y tener los huevos para avanzar... Marlon hace poco me hizo recordar a Fontanarrosa. Quisiera hacer caso todo el día a ese llamado, pero mi corazón me impulsa a ser ave de la noche, no puedo, aunque quisiera estar de día escribiendo, padezco de un mal endémido: trabajo. El suero para esa enfermedad me lo dan por gotitas. Hoy recibí unas cuantas.

Me tengo que ir a dormir, pero una fuerza más potente me deja empernado sobre esta incómoda silla para escribir: eso es, christian, vete a la mierda, un rato, no tienes ni treinta y ya quieres dormir como un viejo de sesenta, no pues carahjo, déjate de huevadas, para qué sino es la juventud, olvídate de todos esos pajeros a los que sus papás les pagan todos, tú no tienes tal cosa y eso para escribir es como una bomba de hidrógeno que te hará explosionar siempre en medio de una catarsis de tecleadas salvajes en el viejo aparato de la casa.

Son las tres de la mañana, y en verdad necesito una ducha, hoy será recordado como el día que colgué cuatro posts para el blog, pero nadie más lo sabrá, no hasta que el novel escritor embrional se deje de mariconadas y dé el salto al papel, el salto que lo desahuevará de una puta vez por todas y dar la cara al mundo para recibir su dosis de barro con ventilador.

Olvídate de los estigmas, Christian: muchos ignoran que estudias Derecho, ¿por qué la palta?

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