domingo, 23 de marzo de 2008

Lejos de ella


Nuestra cartelera ha vuelto a ponerse misia. Pero Lejos de ella (Away from here, Canadá, 2006) destaca por sí sola. La película nos cuenta la historia de un matrimonio longevo que entra en crisis cuando a Fiona (formidable Julie Christie) la ataca el mal de Alzheimer y empieza a perder progresivamente la memoria. Grant (Gordon Pinsent), su esposo, a pesar de que prefiere quedarse con ella en su cabaña, y pasar así los momentos de la enfermedad, que él (tercamente) confía que no se agudizará, cede ante las evidencias y lleva a su esposa a una casa de reposo, en donde una tonta regla arcaica de no permitir visitas durante el primer mes, empuja a Fiona, cuya enfermedad avanza sin piedad, a establecer vínculos afectivos con otro de los pacientes de la casa de reposo.

¿Qué hacer para no perder a la esposa? Grant se pregunta eso a cada instante, pero no puede luchar contra la enfermedad que ha avanzado tanto, lo que le obliga a cometer el sacrifio extremo, de dejar que su esposa vaya avanzando por ese camino nebuloso de la pérdida de la memoria, tan bien simbolizado con el color blanco de la nieve que rodea a casi toda la película.

Dada mi particular fibra romanticona, sucumbí de inmediato ante esta película. Además de que el guión (hecho a cuatro manos con Alice Munro, en cuyo relato The bear came over the mountain se basó la idea de este filme) está hecho como para que más que las palabras, las miradas y sus extravíos te digan lo que la actriz canadiense, Sarah Polley, ha querido plantear con este, uno de sus primeros trabajos como directora.

Vayan al cine y disfrútenla.

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