sábado, 22 de marzo de 2008

Música para volar

Hoy ha sido un sábado gris, pero está de más quejarse. He llegado entero a mi casa, y hay que agredecer eso. Ahora solo quisiera volar.

El despegue

El despegue es el estado de exacerbación mental en el que uno cree que se hace uno con el Todo, o se hace un todo con el Uno. O sea, algo así anirvaneado, sentado en una perezosa vieja viendo las luces que descienden felices del cerro San Cristóbal. Todo se hace etéreo, el alma se diluye en el estado de gracia. Kula Shaker sale a escena con Hey dude.








Entrando en órbita

La sangre se aceleró lo suficiente para salir de la estratósfera con los ojos cerrados, mirando hacia dentro, flotando en un universo de papel crepé, yendo a campo traviesa desnudo, sin que nadie cambie las cosas que veo en él: el Principito, la abeja Maya sideral, unos elfos fumones doblando por el cinturón de asteroides para irse a tomar unas chelas a Andrómeda, Chubaquita conversando con Lennon, quien canta acompañado por el maestro en la guitarra Across the Universe.




Advertimos que Barnie, el puto dinosaurio lila, se iba a una orgía homosexual con los teletubbies, e incendiamos su casa flotante sideral, era la version más rosada que he visto de La pequeña casa de la pradera. The Church nos hace olvidar el mal rato. Nos trae de vuelta a la Via Láctea.


Buceando por la Vía Láctea




¿Es esa una gaita marciana que me saca otra vez de gravedad? Posiblemente. Todo puede pasar bajo la Vía Láctea esta noche, buscándote sin parar en medio de duendes hegelianos y trogloditas poskantianos de la escuela del sur de Baden. Será necesario que venga un fuerte viento que se lleve este polvo estelar que los turba y los hace roer meteoritos, desviándolos de su órbita. Caifanes, por favor.

Y soplaré, y soplaré




Soplará el viento que nos hará dar vueltas en mundos imaginados, que me harán salir corriendo otra vez en medio de la nada, en la oscuridad de espaldas al sol... ya no siento su calor. Cerca a mí flota inerte el cuerpo de Barnie, el puto dinosaurio. Los teletubbies lo mataron. Es necesario volver.

El taxi del Mayor Tom


Bueno, como ando corto de fichas, le digo al Mayor Tom que me jale y viene Bowie y empieza a cantar, inspirado en 2001: Odisea... Peter Schilling se mete al chiste... también está dentro del taxi. Pero lo botamos por la ventana. Pie derecho, Schilling...




Bajando la dosis y aterrizando

Ya es tarde y un manto de luces naranja cubre la ciudad, a lo lejos aún se ven las estrellas donde todo pasó tan rápido, pero ya es momento de aterrizar, sobrevolaré por una ciudad furiosa que reclama, jadeante y salivosa para devorarme. Apagaré el puchito.



No hay comentarios.: